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El día que analicé a una reemplazante según Hollywood

Lo poco que sé sobre el sistema educativo de Estados Unidos lo aprendí gracias a películas y series producidas allá. Siempre me llamó la atención la figura del reemplazante.

En Argentina, te llaman para hacer reemplazos de la materia que tu título te habilita a enseñar. O sea, si sos docente de inglés, te van a llamar para un reemplazo de inglés. A veces, si los directivos de una escuela te conocen y confían en vos, te pueden poner como reemplazante de otra materia que no tenga nada que ver con lo que estudiaste. Durante este año reemplacé en física, química y matemática, áreas de las que no sé nada. Lo hice porque no había docentes específicos de esas materias. Para que los alumnos no perdieran clases, les di algunos ejercicios que habían dejado los titulares. Esto es algo ocasional, y tiene que ver con solucionar un problema con los docentes disponibles.

En Estados Unidos, en cambio, cualquier docente puede reemplazar cualquier materia. No existe el “reemplazante de X” sino “el reemplazante”, a secas. No sé si en los profesorados de allá se estudia una especie de carrera generalista donde te enseñan un poco de cada cosa y ese título te permite desempeñarte en todas las materias, a lo mejor con énfasis en alguna específica. Puede ser que en realidad estudien para una disciplina particular, como en Argentina, pero que a la puedan ser sustitutos de otras disciplinas.

Las vacaciones de verano del año 2011 las pasé con mi amiga Flor en el sur argentino. Paramos en El Bolsón, en Bariloche y en algunos pueblos de Río Negro. Cuando estábamos en Bariloche nos quedamos en una hostería muy linda que estaba frente al Nahuel Huapi. Me acuerdo que estábamos cenando a las diez de la noche y el sol todavía no había desaparecido.

Una mañana Flor me despertó para bajar a desayunar. Yo me sentía muy débil. Había dormido más de ocho horas pero todavía estaba cansada. Esa mañana íbamos a salir  recorrer. Le dije que fuera sola. No tenía ni ganas de moverme. Cuando ella se fue, prendí el televisor del cuarto. En Fox estaban pasando una repetición de Glee.

En el capítulo que vi, el profesor Will Schuester, el director del Club Glee, se enferma. Los integrantes del club no quieren que Rachel se haga cargo porque es muy egocéntrica. Kurt sabe que Holly Holliday (“nombre de estrella porno o transformista”, según la ex de Will) podría hacerse cargo de Glee mientras Mr. Schue esté ausente. Ella lo estaba reemplazando en las clases de español y Kurt sabe que canta y baila porque la semana pasada reemplazó en lengua (aka inglés) y ahí canto y bailó con micrófono y amplificadores, situación de lo más inverosímil en una clase común. Kurt le pregunta a Holly, interpretada por Gwyneth Paltrow, si está dispuesta a sustituir a Mr. Schue en Glee. Ella acepta.

Cantando con un micrófono sobre el uso de las conjunciones. Fuente: http://images4.fanpop.com/

Cantando con un micrófono sobre el uso de las conjunciones. Fuente: http://images4.fanpop.com/

Durante el episodio se ve que Holly reemplazó en las horas de español, de inglés, de matemática y de historia. Su voz en off expresa lo que ella siente sobre su trabajo:

«No es fácil ser reemplazante. Los chicos piensan que tienen el día libre. No hacen nada, le tiran huevos a tu auto, se hacen la rata, se meten a tu auto, escupen, meten un cocodrilo en tu auto. Y ni siquiera tengo un auto lindo».

Cuando va al ensayo del club Glee sigue con las reflexiones sobre su práctica:

«No soy una reemplazante común y corriente. Quiero que ustedes hagan cosas que quieren hacer. Quiero que se diviertan en el tiempo fabuloso pero fugaz que vamos a compartir».

Este «discurso» hermoso y emotivo es completamente impracticable en la vida real. Sólo se puede implementar en una clase opcional, como es el caso de este club donde cantan y bailan. En las clases curriculares tenés que transmitir lo que te dejó el titular, en el mejor de los casos, o improvisar algo la mayoría de las veces. Me encantaría motivarlos, que se diviertan y que sientan que el tiempo breve que estuvimos juntos les cambió la vida. La realidad es más desordenada y menos conmovedora.

Holly, a diferencia de Mr. Schue, deja que los chicos elijan las canciones que les gustan a ellos. Cuando él se recupera y vuelve a su puesto, discute con ella sobre sus maneras diferentes de encarar la enseñanza:

«-Vos sos reemplazante. Claro que podés pintar murales y dejar que los chicos canten lo que quieran. Nunca estás cuando tienen que enfrentarse a la resaca de la diversión.

-El 16 % de los estudiantes secundarios dejaron la escuela el año pasado. No podemos pretender que se sienten y presten atención. Se creen especiales. Tienen voz, y sino la escuchamos, se desconectan.

-Yo le doy voz a los chicos. Pero no los dejo hacer lo que quieran. Soy el docente. Es mi trabajo saber más que ellos.

-Está bien. Pero vos no sabés nada sobre lo que a ellos más les interesa: ellos mismos. Cuando se aburren, cambian su estado de Facebook. Tienen derecho a tener muchas emociones, y no sólo eso: tienen derecho a que el mundo se preocupe por ellos. Esta generación es así.

-Se supone que un buen docente les tiene que mostrar que hay otros puntos de vista además del propio.

-Está bien, listo. ¿Qué hacés cuando un alumno hace algo muy bueno en clase?

-Lo felicito.

-Yo tuiteo ahí mismo sobre eso y durante 30 segundos sé que ese chico tuvo una conexión conmigo».

Los dos tienen razón. Por un lado, Will es demasiado autoritario y mantiene la diferencia tajante entre la posición del docente, que es el que tiene la verdad, y la del alumno, que tiene que recibir los conocimientos de forma pasiva y sin cuestionar. Holly es más abierta, deja que los alumnos opinen sobre lo que les gusta y lo que quieren hacer. Es verdad que lo que más les importa es ellos mismos. Esto se ve todo el tiempo en las escuelas. Les interesa actualizar sus perfiles en las redes sociales compulsivamente para que los demás sepan qué piensan, qué sienten, qué están haciendo. En la mayoría de los casos hay una desidia general, no sólo hacia inglés, sino hacia cualquier materia. No tienen un interés genuino en algo que ofrezca la escuela. No es que les va mal en matemática pero aman lengua o historia. Están siempre aburridos, cansados y pendientes del celular.

En el profesorado nos decían que la docencia se trata de transmitir la tradición (los conocimientos del libro que deben aprender) y dejarlos sumar la novedad (sus propios intereses personales). Will es defensor de la tradición y Holly de la novedad. Los docentes que no somos personajes estereotipados de una serie tenemos que buscar una especie de “justo medio”. Es difícil. La tensión entre ambos polos es difícil de manejar. Siempre está el peligro de ser demasiado rígido y obsesivo con los contenidos, así como también la problemática de que se pasen las horas expresando sus emociones sin aprender nada de inglés, ni de lengua, ni de historia. Esto es más complicado todavía cuando sos reemplazante. Llegás, hacés lo que podés y te vas a tu casa sin haber dejado una marca muy significativa.

A Holly la hacen responsable por una alumna que rompió el auto de la directora. Ella sabía lo que la alumna iba a hacer y no la detuvo. Va llorando a lo de Will para hablar con él. Tienen una especie de reconciliación. Ella le cuenta que hace 10 años era mucho más seria y rigurosa. Una alumna le pegó una piña en la cara y entonces decidió cambiar en varios aspectos de su vida. No firma contratos por más de un mes y sus relaciones amorosas no duran más de una noche. Me siento bastante identificada con su manera de ser, aunque por supuesto no me puedo permitir ser tan relajada en clase como lo soy en mi vida personal.

Cuando se amigan, Will y Holly arman juntos un mash-up de Singing in the rain (tradición) y Umbrella (novedad). Fuente: http://images4.fanpop.com/

Cuando se amigan, Will y Holly arman juntos un mash-up de Singing in the rain (tradición) y Umbrella (novedad). Fuente: http://images4.fanpop.com/

Cuando Flor volvió de su paseo matutino, le conté que me había encantado el capítulo. No miro Glee porque me parece demasiado cursi. Este episodio fue una excepción. Después me enteré de que no soy la única que pensó eso, ya que Gwyneth Paltrow ganó un Emmy en el 2011 por su caracterización de Holly Holliday. Su personaje gustó tanto que volvió a aparecer en otros capítulos de Glee, pero el análisis de esos episodios lo dejamos para otro día.

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